lunes, octubre 23, 2006

plácido

el cansancio de sol y amor rojo.

a parque rivadavia a comprar programas. yo miro la calesita que hay y los modelos de familia y no entiendo por qué madres y padres se suben con los niños. olor a caca. muchas madres usan jardineritos en diferentes modelos o jeans o calzas.

a otro parque más norte, sin perros, o calesitas. una toalla blanca extendida en el pasto. volver a casa a las 2 y ya haber hecho tanto. ducharme. quedarme en bata. formatear la compu y reinstalar todo. tomando té y vos café para no desmayarnos de sueño. poner todos los cds en un album con cierre, tirar cajitas y los que no sirven, bliss, al mismo tiempo ordenar tus remeras y sweaters. ir del escritorio al cuarto. por momentos no terminar nada.

finalmente una compu nueva y el placer del esfuerzo y el èxito. a comprar fruta verdura y devolver las pelìculas. olvidarme lo más importante y comprar un montón de accesorios como melón. tener que volver media hora después.

preparar ensalada, panes y melón y antes de las once me desmayé mientras me llamabas desde el escritorio: "te instalé el programa de alemán, ¿entendés algo?"

domingo, octubre 15, 2006

¿cuándo llegamos?

A mí no me digas me deprime tu ... . El verbo me saca. Como estoy ahora tarde.
No me digas que algo mío te deprime. No puedo con eso.
Y vos estás en el balcón y no hablamos hace una hora, calculo. Y estoy preocupada por todo al mismo tiempo, naturalmente, por el lunes, que es un feriado laborable, para mí y por el resto de la semana.


No pude finalmente con ese reencuentro. ¿Cómo puede ser que un abrazo sea una cosa tan torpe? Mucho más que un beso.
Ese ¿cómo me verás? no fue respondido. Fue como si no nos hubiéramos visto y no lo puedo explicar. Tal vez fue peor. I'm a drama queen, lo sé pero no me siento así. Hablamos sobre la superficie, rugosa acá, barata allá, brillante a veces. Consumimos en un lugar cul, me invitaste y quedó pendiente una comida juntas que tal vez también pagarás.
What do we talk about when we talk about?

viernes, octubre 13, 2006

martes, octubre 10, 2006

The Sick Rose

O Rose thou art sick.
The invisible worm,
that flies in the night
in the howling storm:
has found out thy bed
of crimson joy:
and his dark secret love
does thy life destroy.

Blake, Songs of Experience.

¿Vale la pena?

mi amor rojo reapareció grácil y fresco sin rastros del encierro largo que pasó y sin resentimientos, qué buen chico o debería decir chica?
nos vemos sólo el finde pero qué más da! mejor si lo extraño, así es menos rutinario.
y qué contenta me puso, debo estar muy mal!, separar la ropa que no te entra más y subirla a la parte de arriba del ropero. Una alegría que el ropero se haya vaciado así. Si no, yo pensaba, qué chabón, no usa nada de lo que tiene! Si la mitad no le entraba, poor thing! Más allá de haber dejado de fumar creo que es por el secado del laverrap. Hoy le compré 2 remeras XXL por consejo del vendedor, con toda razón si después se encogen. Gran verdad, debería haberlo tenido más en cuenta. Y qué lindo va a ser el día que pueda volver a usar sus viejas camisas.

He incoporado otra filosofía además de la del cambiado laboral, y es que si algo me gusta mucho debo comprármelo en 2 colores. Pero aún no lo implemento. Algo a lo que no le termino de encontrar la vuelta es a lo de mi prueba de:

"¿Me gusta lo suficientemente como para comprármelo? ¿Vale la pena? ¿Es una pieza original práctica y cómoda que me queda genial, me favorece sobremanera, subrayando mis mejores atributos y dispersando la atención sobre mis desgracias?"
Esa pregunta trato de no responderla con palabras. Lo que hago es, si días después me encuentro pensando en ella, se responde sola y me dirijo al negocio. Me ha pasado, por ejemplo hoy, avivarme 2 o 3 semanas después y claro, ya no estaba! Pero me lo veía venir porque si la pieza está en la vidriera, vuela. Si está adentro, hay más chances aunque no hay que subestimar algo que a uno le gusta, porque no todo el mundo tiene mal gusto y alguien habrá de querer esa misma pieza en ese mismo color talle y modelo.
Y lo digo como tercera generación de fashion victims. Primero Dodó, número uno, absolutamente imbatible y con buen gusto. Mamá, un poco más border, pero con un claro sentido innovador. Y sigo yo, freak pero con cordura y sentido de la ocasión.

Hay una ecuación que una estudiante me dijo una vez, que es que el precio se relaciona con el uso que va a tener esa prenda. A mucho uso, el precio baja pero el valor sube y a poco uso el precio sube y el valor disminuye. Tal cual. Ella lo ejemplifico así: "yo soy fanática de los cinturones, yo puedo llegar a pagar mucho más que mucha gente porque para mí es una pieza básica. En cambio, vos no pagarías ni un peso" Es así, yo sencillamente no entiendo el uso de un cinturón. Será que tengo culo grande y cintura chica y me queda mal o simplemente que no me gusta.