Conseguí abrir Blogger desde mi computadora laboral. Milagro, pura casualidad.
Y ahora, claro, no me acuerdo qué quería escribir.
Verano lluvioso y fresco. Me muevo en una parte de la ciudad que técnicamente es mi barrio pero que es distante.
El año pasado leí el primer tomo de las cartas de Puig y no paré de reirme y subrayar. Parece que Manuel tenía a todos cortitos. Y se quejaba, se quejaba bastante y compraba mucha ropa para que su familia se luciera en Buenos Aires. Se decepcionaba también, bastante, cuando veía alguna foto y encontraba a su mamá un poco gorda o a su hermano usando unos shorts medio mamarracho. Y quería que todos aprendieran idiomas y viajaran, como él.
Se veía viejo y gordo y se sentía extranjero, muy extranjero.
Y tenía un plan claro de pasar una temporada en NY. Esos diarios fueron los primeros que lei y creo que voy a tener que releerlos.
Ahora estoy leyendo Acá todavía. Va bien, no sé si tan bien como Agosto, pero me gusta bastante.
Mi papá me regaló After Many a Summer de Huxley, pero todavía no me animé. El tema me desmotiva un poco.
Dante hoy veía unas fotos del viaje que hicimos con C a NY en el 99. Última vez que visité esa ciudad. No sé si me gustaría volver. Seguro me desiluciona.
El que no estaba nada desilucionado era Dante que me veía en las fotos de hace 18 años y celebraba con abrazos diciendo "mamá, no estás 'enviejecida'".
Enviejecida o no los chicos empezaron la primaria.