miércoles, enero 11, 2006

Cartas a Milena

Cabeza dura, como el mar ama al más minúsculo de los guijarros de su fondo. Tu hombro izquierdo, que beso si quiero, pero sos amable y lo desnudás. Tu cara abajo en el bosque, mi única felicidad y no lo limito sólo al bosque.
Alrededor de 1920

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