Hace un rato, esperando mi turno en la Secretaría de Hacienda, se sienta un tipo en la fila de adelante, se da vuelta y me dice algo muy bajito, como en tono de confesión, como tiene que ser no le entiendo y lo interpeló con mi maleducado: ¿qué? hablando fuerte, medio gritando, mamá cora y repite: señorita, se le ve la ropa interior. Y es raro porque corpiño hoy no me había puesto y sólo quedaba la bombacha. Y pensé sí, tengo un pantalón tiro bajo, pero precisamente por eso justo antes de sentarme, como lo sé, me cercioré de que el asiento tuviera respaldo completo, no ese mini apoyo que es un robo, y me relajé sin hacer el reacomodo de rigor que dicho sea de paso debe quedar tan feo, además. Pero el asunto era cómo se había "percibido" él. Con el respaldo de la silla, sólo se podía ver un poco por el costado, de manera que había que ponerse a mirar alevosamente para verla. a mí me puso un poco incómoda pero más que nada me generó mucha desconfianza, esta cosa de go around the bush.
2 comentarios:
jajaja qué delirio!!!
yo le contestaría a usted qué le importa??=!!
ta bien, es una opción, pero yo sigo sin entender.
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