martes, diciembre 02, 2008

las luces de mi ciudad

Mi llegada a Buenos Aires podría resumirse en tres actos:

1. Mi hermana, mi mamá y un bebé me esperan. El infante de un año, por portación de rostro, parece robado.
Nuestra partida se atrasa porque vienen a buscarme en remís barato de Ezeiza que cobra 60 pesos y hay que llamarlo tres veces hasta que nos confirman que tienen un auto disponible.

2. Mi mamá viene en remís porque el autito que se acaba de comprar está en el taller. Sí, mi madre me cuenta que la chocó un camión de manliba.

3. Por unos minutos hablando con mi madre sobre qué come mi sobrino, entiendo que mi hermana le hace arroz con leche con su leche. Cuando mi mamá se da cuenta de mi error, me aclara"no, si se destetó hace un tiempo". Me quedo más tranquila.

Buenos Aires a las 2.27 am me parece como un pueblito y siento que el piso se mueve. Tengo un jet lag considerable y estoy acampando en un colchoncito en el living de mi madre, y compartimos cocina y baño. Estoy contenta porque hay bañera y bidet en mi vida.

2 comentarios:

Malala dijo...

bañera y bidet son detalles grossos y extrañables.
me gusto tu blog, volveré
beso

Graciana dijo...

muchas gracias,malala,
siéntase como en mi casa que es la suya