ayer me encontré finalmente con mary. el año pasado había leido un artículo sobre knittaplease y cuando vi la firma, no me quedó duda, la periodista había sido alumna mía en buenos aires, no recordaba cuándo, la época de la escuela, del 2002 al 2005 está pegoteada y superpuesta.
la busqué, la encontré, le escribí, me respondió. miles de veces estuvimos por vernos y nunca se daba, era clarísimo que había un problema de agendas. siempre era "¿qué onda este finde?" y los findes son difíciles cuando vivís juntos. yo ya me había olvidado de ella, supuse que se había ido porque el último contacto había sido en febrero, durante el cumple de lau, estaba en la playa y recibí un texto. después nada.
esta semana me escribió, de nuevo lo mismo: "let's get together for real this time! when are you free? how about this weekend?", yo: "mejor en la semana o sábado a la mañana". por suerte tuvimos conciliación y fue tardecita de viernes en xel ha.
y la sensación de por qué no nos encontramos antes y la idea de que puedo "sacrificar" algún día del finde para hacer algo y que tal vez ella salga de su política de dedicación exclusiva durante la semana. ahora que la "conozco", vale la pena. le había dado clase hace 6 años, así que éramos perfectas semi extrañas. algo me cautivó, una incomodidad, una necesidad de contarme cosas, de estar un poco out of place, sin nada de self-pity pero con el black dog rondando. como siempre, de la gente me eclipsa que no esté todo bien, que tenga algunos muertos que contar pero que, al mismo tiempo, el tiempo sea ahora, que todo sea urgente.
pero más allá de la intensidad de las conversaciones, que ocurre con mayor o menos frecuencia, me intriga por qué este placer en escuchar los momentos feos y en mostrar los míos.
sé que no se entiende nada, pero no lo puedo decir mejor. estoy en un impasse de alemán y portugués y la abstinencia pega. hablar en otras cosas es una especie de rehabilitación linguística.
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