martes, febrero 17, 2009

para sacármelo

ayer en clase de portugués, entra una chica para hablar con el profesor, él se asoma y habla con ella. se escucha todo lo que cuenta.

el jueves salió de clase a las 9 pm, como siempre. caminó dos cuadras hasta la Torre Mayor, justo debajo de unos árboles donde hay una curva y un cruce peatonal, y se subió a un taxi de sitio.

llegando a su casa, se suben unos tipos al taxi, armados y a los golpes. quiere abrir la puerta y le hacen mierda el brazo. la golpean especialmente en la cara y en la cabeza, pero no la violan. les da las claves de las tarjetas y la laptop, los tipos la putean por su nacionalidad y porque no tiene nada de oro.

querían ir para la casa de ella, los convenció de no. al final la dejaron en circuito interior, por azcapozalco. llorando y temblando cuando vio que no la seguían más, vio tres policías y eso le dio más miedo todavía. pensó: me dejaron acá para que me violen.

pero se acercaron y le preguntaron si estaba bien. Contando cómo podía, los policías le decían: "señorita, en español". no es de acá pero, como para mí, el español es su lengua materna, primera, como quieran llamarlo.

llamó al novio que después de una hora y media pudo encontrar el lugar y el resto se lo imaginan.

ayer ella había ido a portugués para pedir que la cambiaran de turno, sólo queda una semana de clase antes del examen.

esto me hizo decidirme. para el próximo nivel, que es el último, hay sólo dos horarios: 7 a 9 am y 7 a 9 pm. no hay más 4.45-6.45, van a ser 5 semanas de madrugar y para el resto de la estadía acá, va a haber que organizarse para pedir taxi por teléfono y ya no haber tomar taxis en las paradas de sitio. es muy barato, en comparación.

es como cuando nos robaron en casa -no me pasó a mí directamente, aunque en realidad sí - que a la noche brindamos porque no nos habían violado y no éramos sólo mujeres.

me contó ésto camino a mi casa y a la suya. como escuché que vivía por casa, la esperé que terminara de hablar con los profesores y le ofrecí volver juntas a pie, que es como me muevo yo.

a la vuelta de casa nos subimos juntas a un taxi de sitio que suelo usar, me bajé y ella siguió. cuando la llamé me dijo que "había llegado bien".

2 comentarios:

inés dijo...

ay!!! entonces también es cuando agradecemos que seas morocha.

Graciana dijo...

esta chica era más morocha que yo y se vestía más a la mexicana, pero sí, ser morocha es una bendición acá, aunque me digan güera.