ante milésima duda de ver a alguien conocido en la calle a quien no quiero saludar, me enfrasco en alguna actividad que parezca de importancia vital.
estoy segura de que, sólo el 10% de las veces, la persona es quien parece ser, porque tengo un problema para reconocer/identificar/recordar caras, pero nunca vuelvo a mirar, me da terror cruzarme la mirada, es más fácil desaparecer en alguna acción súbita, como de vida o muerte.
ahora habiendo visto unas fotos de reojo, entiendo que una pareja se separó, es como haber visto una cara familiar, no sé si está ahí, pero me sale asumir que sí. así que me dejo impresionar y conjeturo cómo, dónde cuándo por qué, por quién.
creo que me gusta el sobresalto, la afección y ese placer tan palpable y físico está precisamente en no confirmar, en no volver la mirada.
el verbo mismo lo explica: sobresaltar: venirse a los ojos. se usa especialmente hablando de las pinturas cuando las figuras parece que salen del lienzo.
las películas que más me intrigaron eran puestas en escena de esto.
un diente alojado en la pared de un departamento? el papá de laura palmer transformado en un rincón?
1 comentario:
yo no puedo no confirmar. TENGO que hacerlo, aunque después la cara de acá no pasa nada, yo no vi a nadie conocido que no quiero saludar, se me haga dificilísima
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