sábado, agosto 14, 2010

y me encuentro

respondiendo a la pregunta de: - y? cómo te fue en tu viaje, fuiste a esquiar?

-esquiar? no eso es cosa de ricos. la clase media no va a esquiar.de hecho, tengo una amiga que va a esquiar, pero tiene mucho dinero, "dinero" acá se dice "dinero".

-ay! pero unos días nada más, es mucho más barato que estados unidos o europa.

-esquiar? esquiar, nooooo. eso es cosa de millonarios, yo prefiero usar ese dinero para otras vacaciones.

mi madre cuando me visitó buscaba excusas diarias para ir al mercado de la vuelta, mercado mexicano, con todos los puestos y variedades. quería teñirse el pelo baratito y preguntaba por todo mi barrio, al final consiguió un señor que se lo hacía por 80 pesos mexicanos, unos 6 dólares ahí en el medio del mercado, la covencí que no, andá a saber con qué te tiñe, no, ma, no da.

después le preguntaba a los tacheros por la salada, "quiero ir a la salada mexicana", le decían lugares que no tenía idea dónde quedaban. estaba obsesionada con tepito y sigue todavía. y le quedó muy pendiente. a la raza ya no me acuerdo si fue. creo que no hubo tiempo. yo quiero callejear, decía ella.

la cosa de la guita, que sea baratito, runs in the family. "no, yo, ahí nunca me compré ropa", "yo nunca gasté mucho en ropa", "mi abuela era modista y la mejor confección no venía asociada con la marca", "no, es que mi vieja tenía un local de ropa"

esa cosa de estar de vuelta, a quién querés impresionar, judía de barrio norte con el apellido de alcurnia mutilado. luchar contra el nuevo rico y a la vez pedir descuento porque “soy decoradora”, que mi abuela tenía una tarjeta por cada profesión que “ejercía” y otra en cursiva, que decía "es muy agradable ser importante, pero es más importante ser agradable”, firmada por ella, y cada tanto iba al local de mi madre, hacía una vidriera y como si te he visto no me acuerdo dejaba una de esas tarjetas en un rincón.

mi madre pegaba el grito en el cielo, mamá, es un local de hombre, no toques más la vidriera, pero siempre echaba mano, no podía resistirse, además vivía a 3 cuadras y había que controlar a los empleados.

1 comentario:

Mária dijo...

jaja, la palabra millonario, qué de antes...