Le decía esta mañana a C. "Qué bueno que aprovechamos ese tiempo muerto ayer a la tardecita para ver lo del pocket". Y de pronto me llamó la atención la expresión, "claro -le dije- era exactamente eso... un tiempo muerto".
A las 2 de la tarde mi hermana me había mandado un whatsapp que mi abuela Dodó, judía, oriunda de Striej en Polonia. Dodó o Dodi, como la llamábamos a veces, la de la foto del blog, con el algo de Miss Gadget, también. Ana Débora Lipschutz, para ser más precisos "estaba maso".
Unos días antes había sido internada y después de placas y tomografías la mandaron de vuelta al hogar porque no se veía nada nuevo. Dodó, que eligió dejar de lado su primer nombre, adoptar el segundo y usar su apellido de casada, aunque se había divorciado cincuenta años antes, que tiene 93 o 94 años y viene en fade out hace unos años, diría desde aquella tarde de diciembre que se ahogó con masas finas en el hogar y un enfermero le hizo una maniobra magistral que le salvó la vida. En las últimas semanas, estaba usando un artefacto en la mano para que no se lastimara porque tenía una mano "cerrada como un puño".
Dodó, Débora o Ana Débora está en coma inducido, "apagándose de a poco" en palabras de mi mamá. Nunca me pareció tan precisa la expresión "tiempo muerto".
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