martes, mayo 23, 2006

"por mi culpa"/ "por su culpa"/ "por mi culpa"/ "por su culpa"/ "por mi culpa"/"por su culpa"

El invierno me hace tan frágil. Un adornito tonto rodeado de peligros y mis manos impacientes, mochas, con defectos de fábrica.

miércoles, mayo 17, 2006

ya dije sí

¿ahora diré no? Me acaba de venir y eso me hace dudar. Pero ya falté el lunes, hoy no. Tengo algunos minutos para juntar lo necesario. ya dejé la mesa puesta y la calabaza en el horno. Espero acordarme de apagarlo antes de irme. Le tengo miedo a los incendios. El viernes pasado vi cómo las llamas salían de un departamento. Quedé catatónica. Vi qué fácil es que te atropellen en ese deliz de darse vuelta a mirar. Pero no se puede evitar. Ni peatones ni manejadores.

Sufrí un siniestro cuando era chica. Dejaron un mensaje raro en el contestador. "chicos, habla adrián, se está incendiando el local". Era la madrugada y venía de bailar. Fui con manu a la comisaría de las heras a declarar no sé qué.
Pero cuando vi el fuego el viernes no me pregunté is that all there is to the fire? a mí me pareció mucho.
El mío no lo vi. Sólo vi los restos y sentí el olor. Por suerte no hubo víctimas fatales. En realidad sí, zapatos, camisas, y dicroicas. Después vinieron los saldos por incendio y muchas cosas directamente se tiraron. Todo empezó con un corto en una dicroica.
tengo problemas con el calefón, es como la hoguera del infierno. Cada vez que se prende estalla y cada vez que llego a casa desde la vereda de enfente miro mi balcón a ver si sigue blanco, inmutable.
Pienso que tengo una puerta blindada y que nadie, excepto panzer (coraza en alemán) va a poder abrirla. Debería dejar un cartelito afuera que diga en caso de incendio, llame a panzer.

martes, mayo 09, 2006

Anciana

Hoy resulté ser la persona más joven de un lugar y creo que quedó instituido para todos los lunes a la noche. Todos de 60 para arriba. Pero no es raro. Yo que quiero todo lo viejo, porque si es viejo es bueno. Que pienso que las sillas nuevas son un insulto a la anatomía humana. Me quedo con los libros que eran del padre de Lucy, a quien nunca conocí, Poets Handbook, Poets Choice y libros de Hudson y copitas de cristal violeta, turquesa, rosa y verde que todavía no pude mudar. También reclamo la vajilla inglesa que le habían encargado a Mabel y que nunca se molestaron en ir a buscar. El otro día cuando fui a su casa me sorprendí al encontrar un juego de té del que nadie excepto yo que lo había visto una vez se acordaba. Incluso me discutieron cuando dije que recordaba un juego verde. Cual vaqueana me encontré enfilando hacia el pasillo, abriendo la puerta del armario, revisando el estante de abajo y ahí estaba esperándome.