lunes, marzo 18, 2013

Los beboides y las texturas

Los chicos tocan la comida y deciden si la van a comer o no. Yo la pongo en el plato y nunca sé qué va a tener éxito, pero por suerte al ser dos, no me preocupo mucho, normalmente comen cosas diferentes. En este momento, por ejemplo, Ulises está con las chauchas y Dante con casi nada, aunque está muy resfriado y eso no ayuda.
Hoy vimos UP y no puedo creer como yo que siempre aborrecí los dibujitos quedé tan fascinada. Es que la animación es muy conmovedora. Me hace acordar a la estética de Soñario, que me gusta tanto. Me divierte mucho aunque sea tan agotador que sean dos niños, nada de rosas, ni de princesas,  mucho aviones,  trenes, ramas y piedras. Hoy estuvimos en el Ibirapuera bien temprano, estaba fresco en el sentido de muy húmedo y muy verde y los chicos jugaron en un colchón de hojas secas un largo rato. Tuvimos suerte porque salimos temprano y luego llovió de 11 a 19 sin parar y ya no salimos. ¿Cuándo vamos a jugar al TEG? Nunca jugué, creo y tengo la sensación de que me va a divertir.
Entonces, es oficial, me gustan algunas películas animadas e ir a la playa con mis hijos. la playa para mí siempre había sido incómoda: sandwiches de pan fargo con arena y mayonesa, siempre con hambre y arrastrada por las olas, además del viento. Veranié mucho en Necochea en un departamento lateral con poca luz y sin vista, poco en Miramar en algún lugar que no recuerdo, sólo un verano en La Paloma que fue EL mejor verano, en 1986, en Villa Gessel un para de veces con mi mamá y con amigas después, en Playa Unión, cerca de Trelew, también. Esas fueron las playas para mí. Pero acabo de recordar que también en Playa de los Ingleses acá en Brasil, en una casa preciosa en una atmósfera que se parecía a un pueblo de pescadores y en Hawai: en Hilo, playa surfer volcánica.  

domingo, marzo 17, 2013

Últimamente me siento muy parecida a la idea que tengo de mí. Y eso me da miedo, no porque la idea que tenga de mí sea terrorífica, sino porque me da miedo volver a ser yo pero sin mí.
He leido cosas que me han hecho llorar de la risa y eso hacía mucho que no me pasaba. También estoy leyendo una novela que no quiero que se termine nunca. Y estoy pensando en qué leer después. Tengo cada vez más resto y es extraño. 

viernes, marzo 08, 2013

Natalia Ginzburg, extracto de Las Pequeñas virtudes

La relación que existe entre nosotros y nuestros hijos debe ser un intercambio vivo de pensamientos y sentimientos, y, sin embargo, debe comprender también profundas zonas de silencio; debe ser una relación íntima y, sin embargo, no mezclarse violentamente con su intimidad; debe ser un justo equilibrio entre silencio y palabras. Nosotros debemos ser importantes para nuestros hijos, pero no demasiado. Debemos gustarles un poco, pero no demasiado, para que no se les ocurra llegar a ser idénticos a nosotros, copiar el trabajo que hacemos, buscar nuestra imagen en los compañeros que eligen para toda la vida. Debemos tener con ellos una relación de amistad, pero no debemos ser demasiado amigos de ellos, para que no les resulte difícil tener verdaderos amigos, para que no les resulte difícil tener verdaderos amigos, a quienes puedan contar cosas de las que con nosotros no hablan. Es preciso que su búsqueda de la amistad, su vida amorosa, su vida religiosa, su búsqueda de una vocación estén rodeadas de silencio y de sombra, que se desarrollen al margen de nosotros.

miércoles, marzo 06, 2013

A veces pienso en verso,

no crean que no.  Pero es sólo a veces.

Por lo general, voy a la feria, les compro pescado a los japoneses paulistanos. Lo pido "fresquinho para crianças". Regateo, con lo que tengo una relación de amor odio, y no termino de saber si soy buena.

Lo salo, lo paso por leche, después por harina y de ahí al aceite caliente.