se está cerrando oficalmente la visita a baires. último día y empieza con la rutina que nos supimos armar, c se va tipo 8 a trabajar yo me quedo laburandoy/o ordenando y/o haciendo llamadas y/o y/o limpiando y/o respondiendo mails y/o escribiendo en el blog. ya tengo muchas ganas de estar en casa, sé que el cielo me va a decepcionar mucho y eso es lo que más voy a extrañar. mis hijos no nacerán bajo un manto diáfano.
poco antes de las 10 el paseador lo busca a mex. y yo aprovecho para hacer cosas hasta las 12.30 que lo devuelve cansado y jugado.
hoy la rutina será distinta, voy a terminar de empacar en breve, por suerte queda poco, doblar camisas, jeans y guardar calzado.
luego voy a ir al hogar de mi abuela  y como todos los años no le voy a decir que me estoy yendo, para qué? este viaje estuvo especialmente cariñosa y conmovida con mi visita y las crías en la panza: "vos sabés lo feliz que me haacés vinéndome a ver? cómo se te ocurrió venir? muchos nietos ni se acuerdan de sus abuelas ... pienso cuando nazcan los bebés y me pondría a llorar ..." yo le respondo cosas como: "ay, do, no me cuesta nada venir, tengo el 39 a la vuelta... vos te portaste muy bien con nosotros, no sé cómo habrán sido las otras abuelas, pero vos te lo merecés". me da muchos besos en la panza y en la mano y siempre repite lo lindas que son. es una de las pocas personas que tiene acceso total a mí. mi abuela me ama, mi abuela me mima.